domingo, 2 de mayo de 2010

2 cucharadas de azúcar por favor.


Hay quien piensa que el desayuno son sólo unos minutos por la mañana, pero en realidad, es una pequeña parte importante del tiempo por el cual comienzan nuestros días.

En cuanto me siento delante del cola-cao, sé exactamente el día que voy a tener por delante y eso que en 22 años he tenido desayunos de todo tipo:

Desayunos en familia con risas y churros todavía calientes.

Desayunos solitarios, pensando en mis cosas.

Desayunos en compañía, llenos de ilusión y nervios por las cosas que acaban de empiezar o acaban de acabar.


También desayunos que empiezan en la mesa…y terminan en la cama.

Desayunos acelerados, sin tiempo para nada.

Desayunos que ni siquiera he llegado a hacer.

Desayunos llenos de dudas, y miedo.


Mis desayunnos ultimamente son simples, confusos, felices y si los hago por la noche: vacíos.

Son desayunos en los que pienso que me falta algo que nunca me ha faltado y en los que empiezo a echar de MÁS lo que un día eché de menos.




Tu juego me ha dejado así.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y para cuando un desayuno conmigo?

Ugotme07 dijo...

la proxima vez q te quedes a dormir :)