sábado, 22 de octubre de 2011

Acostumbrarse es aprender



Sé que es muy difícil acostumbrarse.

Acostumbrarse para mí, es a aprender a no tener
lo que teníamos o aprender a tener lo que no teníamos antes.


Suena raro....pero creo que será más fácil de entender con un par de ejemplos.

Es fácil acostumbrarse a tener cosas materiales, pero también lo es acostumbrarse a no tenerlas. Para mí perder un móvil y estar incomunicada una semana, ha sido fácil...he sobrevivido y ahora vuelvo a tener un móvil nuevo. Pero...¿Qué pasa cuando te tienes que acostumbrar a vivir sin un cierto número de personas con las que has compartido los momentos más importantes de tu vida y que ahora, por circunstancias no están? ¿Qué pasa si tienes que acostumbrarte a echarlas de menos cada día? ¿Qué pasa cuando tenemos que acostumbrarnos a levantarnos sin un beso, sin un abrazo o sin una mirada? ¿Qué pasa cuando tenemos que acostumbrarnos a callarnos los sentimientos y no a expresarlos por miedo a hacer daño? ¿Qué pasa cuando nos acostumbramos a la monotonía? ¿Qué pasa cuándo nos acostumbramos a querer a la persona con la que no eres feliz? ¿Qué pasa? No lo sé, creo que no podría contestar a todas esas preguntas porque todas ellas están llenas de muchas respuestas. Sólo puedo decir y afirmar que yo no soy capaz de acostumbrarme a todo esoo, pero sí de aprender a no tener lo que quiero cuando quiero o necesito. He aprendido que a las personas hay que echarlas de menos, pero no olvidarlas. Que hay que aprender a levantarse con un hueco en la cama y pensar que algún día ese vacío estará lleno. Que hay que saber cuándo ocultar sentimientos y cuándo no. Y que hay que ser muy valiente para dejar de querer a la persona inadecuada.



Porque...pasar...no pasa nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo hace mucho que me acostumbre a no verte sonreir cada día...sabes que es la sonrisa más bonita que he visto en mi vida. Pero eso no significa que la haya olvidado.