jueves, 11 de marzo de 2010

Celos.

Uno de los deseos más profundos que poseen los seres humanos es el de ser únicos, exclusivos. Ya desde los primeros años de vida se exige el amor exclusivo de la madre. Cuando en una relación de amor o de amistad se siente que el amor/amistad de la otra persona le ha sido quitado o está en peligro de serlo por una tercera persona, los celos aparecen.

Los celos son una de las emociones naturales en nuestra sociedad, como el odio o el amor, pero éstos pueden poseer rasgos negativos o positivos. Si en una pareja los celos son permanentes, éstos tienden a desgastar y perturbar la relación afectiva, porque surge el reproche, el reclamo, la exigencia de incondicionalidad hacia el ser querido.

Yo lo reconzco, soy una "celosa" empedernida, pero tengo una virtud: sé disimularlo bastante bien (ninguna de mis parejas me reprochó nunca ser celosa o posesiva) . Pero es que lo mío es mío y no quiero que sea de nadie más, por lo menos no de la misma manera.

Hoy me he dado cuenta de que a veces me pongo celosa incluso cuando ya no tengo derecho sobre la otra persona para serlo. Porque un día fuera "mía" esa persona, no significa que lo sea para siempre, pero a mí me sigue poniendo celosa verle en fotos con otras que no soy yo. Sólo dos personas son capaces de provocarme estos celos, las dos únicas personas a las que he querido de verdad. Una de ellas se pasea por Milán con su ex-novia a la que él mismo odiaba y repudiaba, y decía que estaba loca (y sí, me ha dado un ataque de celos al verlos) y la otra no para de dejarme en suspense si vendrá o no dentro de dos semanas (un 50 % de mí quiere que no venga y un 50% se muere por abrazarle).

Yo creo que por mucho que los lazos se rompan, que una relación termine, siempre quedará lo que fue tuyo, y siempre sentirás que va a serlo. Siempre te pertenecerá un trocito de esa persona y por eso nunca gusta saber ni ver que sólo queda el recuerdo.



Hecho lo hecho, dicho lo dicho.

No hay comentarios: