Vuelvo
a tenerte entre mis dedos, te retomo como siempre hacía: de noche y en la cama.
Han pasado varios años sin echarte de menos o más bien diría sin necesitarte
como lo vuelvo a hacer ahora. Qué curioso porque sin motivo, hoy decido
rescatarte.
La
última vez que pasé por aquí tenía unos veintitantos y vivía en plena etapa
universitaria con muchas ganas de expresar ya por aquel entonces todo lo que me
estaba pasando.
Hoy
vuelvo a ti, escritura. Regreso al lugar donde mejor puedo exteriorizar ese yo
que nadie conoce, donde escribo todo lo que normalmente no consigo explicar con
palabras.
La
habitación ya no es la misma, ni la ciudad, ni tan siquiera mi edad. Yo tampoco
lo soy, pero aún recuerdo con ternura aquella época en la que escribía siempre
que me apetecía para enfrentarme así a mí misma cada noche y es que nunca
conseguía irme a dormir hasta que no sacaba todo lo que quería decir en ese
momento. Creo que esa sigue siendo mi esencia, la parte de mí que aún queda a
pesar de los años, de las vivencias, de los cambios y esa es la principal razón
por la cual vuelvo a escribir: por retomar mi recorrido interior nocturno que
acaba plasmado en palabras.
Quizás es el pasar más tiempo conmigo misma,
el sentimiento de volver a ordenar pensamientos o incluso a desordenarlos lo
que me ha hecho recordar que para mí escribir es lo que una cuerda para una
guitarra, y que en realidad nunca me había ido. No hay más que observar todas
las anotaciones que aún conservo en el móvil con adjetivos que describen
emociones y momentos puntuales de mi vida, mis diarios de viaje a los que más
bien podría llamar “esquemas” ya que nunca terminé redactando y por no hablar
de mis blogs a medio acabar (este puede ser otro de ellos).
He
vuelto y no sé si será para una semana, un mes o quizá para siempre porque
escribir para ti misma al final no deja de ser más que la inverosímil libertad
de elegir cuándo, dónde y por (ti).
Además,
echo de menos acabar cada entrada con una canción o cita significativa
relacionada con lo escrito anteriormente, bueno... a veces ni siquiera tiene nada que ver.
“Me
pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco” Frida Kahlo.
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